Las dificultades económicas siempre existieron. Cuando Pehuajó tenía apenas 11 años de vida se hizo necesario emitir vales para superar situaciones coyunturales. Precisiones rescatadas por el historiador Raúl A. Hansen.
Hace 125 años, cuando Pehuajó estaba en plena etapa de organización, se produjo la primera crisis de crecimiento. Toda iniciación se rodea del entusiasmo impulsor del primer momento, pero luego se presentan los signos de estabilización.
Entre ellos, aparecen las dificultades económicas, que tendrán que irse superando con constancia y voluntad.
Así lo señala, el Dr. Raúl Hansen, en “Historia de Pehuajó”, fruto de una minuciosa investigación en los libros del Concejo Deliberante. Hay datos sobre lo ocurrido en 1894, en el entonces incipiente municipio.
Por ejemplo: “Se investiga la sustracción de muebles en el palacio municipal porque es voz corriente en la localidad”. El 4 de octubre de 1894, el intendente hace saber que la escasez de fondos se debe a la gran circulación de vales, pues la administración anterior recibió estos en pago de impuestos”, pero al mismo tiempo resuelve que “se expidan vales para salvar las deudas de impuestos y que en lo sucesivo se pagarán con dinero en efectivo”.
Otros datos de esa primera crisis económica, señalan: “La Municipalidad debe a empleados y peones, por sueldos, $ 3.571,35 otorgándoseles vales hasta salvar dicha suma”.
En ese tiempo había en Pehuajó dos bandas de música subvencionadas por la Municipalidad con 30 pesos mensuales. Ante la carencia de recursos, se suspendieron las subvenciones.
A fines de 1894, se demostró además el agotamiento de las partidas destinadas a beneficencia, alumbrado, limpieza y policía, habiendo gastado fuera de presupuesto $ 9.752,68. Se consigna en actas que “falta el importe de la deuda municipal, incógnita difícil de despejar por los vales en circulación sin dejarse constancia fehaciente”.
Se aconseja entonces controlar la tenencia de vales en las personas que lo poseían, a fin de calcular la cantidad y el importe en circulación.
Como dice el conocido refrán “En todos los tiempos se cuecen habas”.