La artista plástica, Soraya Pérez, presentó con notorio éxito y particular repercusión la muestra denominada "Nuestros antepasados... herencia emocional". Una demostración que entremezcla arte y sentimientos generando un clima de concentración y paz interior de tocantes connotaciones.
El evento tuvo lugar en el hall del histórico Teatro Español, especialmente ornamentado para la ocasión por la misma creadora de la muestra. Ningún detalle quedó librado al azar, todo conformó un abanico de elementos donde predominó la armonía tanto en lo estético como en lo sentimental.
No es fácil explicar con palabras y quizás mucho más complejo interpretarlo, porque la presencia en ese ámbito es elemental para experimentar qué se siente. Así lo exteriorizaron los asistentes, cada uno tuvo su shock emocional y coincidieron en rescatar una paz interior muy especial, que tanto bien hace al espíritu en momentos donde la agresividad suele ser moneda corriente. Bien es cierto, que el arte es positiva terapia, el arte es sanador.
UN DÍA APARECIÓ EL PEQUEÑO “TIPITO”
Acerca del cómo y el por qué de la muestra, la autora manifiesta: “Siempre estuve dando vueltas con una imagen que me complete y represente y que pueda decir algo. Entre todos los talleres, seminarios y terapias alternativas en mi búsqueda interior, un día sale en el hacer, este pequeño “tipito , así lo llamo cariñosamente ya que no tiene identificación de ningún tipo, por que no tiene sexo, rostro, solo generan sombras que es lo que me encanto, lo cual me permitió volar mucho.
Bueno ahí comienza esto donde encontré que desde mi transcurso por bellas artes había pequeñas imágenes que me fueron guiando a esto. Asi que se hilvanó una idea que me completaba, con todo este material y necesitaba plasmarlo para cerrar un ciclo y que estos personajes hoy puedan tomar otro rumbo desde la imagen”.
Ampliando conceptos, Soraya añade: “La muestra tiene que ver con los ancestros, el transgeneracional, el árbol genealógico. Como artista plástica poder contar mi historia, para que ésta a través del arte atraviese la historia de todos. Eso es para mi el arte, es la herramienta para poder plasmar lo propio y que esto genere y movilice a todos desde su fibra mas intima.
La obra contuvo una performance, instalaciones y cuadros, todo eso se trabajo sobre el concepto de la red de emociones que todos tenemos desde nuestro árbol, nuestros antepasados. Todo esto lo tenia plasmado en la cabeza, lo baje y empecé a buscar los elementos para hacerlo. Gracias a la ayuda de Adriana Maroño que me alentó desde el día uno. Y ahí empezó todo, mis vínculos mas cercanos participaron a través de voces, la representación de la performance (con sombras y luego interacción con las instalaciones). Necesitaba actores, y encontré dos personas geniales Jimena Civelli y Lorena Piras, que le pudieron dar forma y enriquecer mi idea.
Es difícil de contar para mi, pero te dejo una frase que escribi para la obra
“…Lo bello de respetar nuestro árbol es que es un viaje interno y externo a la vez. Un viaje que nos hace pasear por el pasado para darnos más presencia en el presente y liberar el futuro. Toda esa energía es una alquimia para nuestra alma.
Honrar para elegir. Honrar de dónde venimos para elegir quienes somos.”, enfatiza Soraya Pérez, haciendo una pausa en su taller Artilugia, en calle Rivarola 814.
TÉCNICAS Y MONTAJE
Respecto a las técnicas utilizadas, indica: “En la obra trabajé, cuadros en acrílico tratados de diferentes maneras, mancha, quebrado, acuarelado, etc. Los muñecos traté de encontrar una medida para que todos tuvieran el mismo tamaño y así trabajar con la idea de la igualdad desde almas, y mucho conté a través del color. Luego hubo una performance o acción artística, es una forma de expresión artística que implica una puesta en escena y que puede incluir varias disciplinas como la música, la poesía, el vídeo o el teatro.
Y las instalaciones que no solo es el montaje y el ordenamiento de objetos producidos o intervenidos en el espacio sino que tienen sentido en las ideas fundamentadas que imagina y presenta el artista en su obra física o intangible y lo que éstas provocan en la interacción con el espectador”.
Sin duda la muestra fue algo inédito. Al consultarle si tuvo dudas en algún momento, Pérez expresó: “La realidad es que de esta envergadura de movida, no recuerdo haber visto, si ha habido algunas. Siento que mas allá de ser la creadora de esta obra, siempre quise hacer algo que contemple este formato, para mi la idea de performance e instalación siento que permite que el concepto general se lea de otra manera en las obras pintadas, y a mi me encanta envolver al espectador, que sienta lo que yo sentí al hacerlo.
El generar eso que percibiste en la obra, fue pura y completamente intencional, para mi el arte tiene que generar emociones, lo que paso en la inauguración, fue muy fuerte y superó ampliamente mis expectativas. La gente que pasó por la muestra pudo sentir, sentir desde su fibra más intima, su propia historia, y eso es lo mas gratificante para mi. El arte para mi es emoción y de la más profunda”.
La iniciativa, elogiosamente aplaudida no termina aquí. “Ahora me encantaría -afirma Soraya- que empiece a rodar, porque el mensaje que brinda me gustaría que pueda verse en otros lugares. Con respecto a la obra en si, dejó un eslabón que amo que son los tipines que ellos van a seguir pero desde algún otro mensaje, y por ahí vuelve algo de esto, realmente no me cuestiono a la hora del hacer, hago y sale desde el alma”.
El objetivo de Soraya Pérez fue logrado. Cada uno a su manera sintió sensaciones muy especiales. Ratifica que el arte, en sus distintas expresiones, siempre ha sido vehículo de comunicación y de expresión emocional, tanto para los creadores como para los receptores.
Ya lo dijo Aristóteles “El arte supone catarsis, liberación, purga cognitiva y convulsión emocional. Además, abre mentes y sintoniza corazones”.