Es un bordado estilo mexicano, que ahora podés aprender a realizar en Pehuajó. Se dictan talleres en la Feria El Salón y en diversos domicilios de la ciudad. Cualquiera puede sumarse. “La experiencia es súper positiva para todos, se logran espacios de diálogo que son muy singulares”, aseguró la tallerista.
Conoció la práctica, se capacitó y se lanzó a dar seminarios. Silvia Jamar le otorga a los pehuajenses una nueva forma de generar objetos artesanales: los tenangos. Se trata de un bordado de estilo mexicano que utiliza mucho color y lanas y se adapta a todo tipo de prendas y en una variedad infinita de estilos, materiales y técnicas, es rápido, y permite a cada bordadora crear sus diseños. Las puntadas que se aprenden con lana también pueden realizarse con hilos y cintas.
“Viene de la región de Tenango de Doria donde se realizan los tenangos, que son piezas textiles, a veces de gran dimensión, similares a lo que conocemos como tapices. Están bordados en hilos de algodón muy finos, es un proceso lento ya que el trabajo comienza con la elección de la tela, el pintado de las figuras, algunas inspiradas en pinturas rupestres o las tradiciones del pueblo, -la selección del color de los hilos, la combinación de los mismos y cada bordadora lo completa con una puntada que se entrecruza rellenando cada forma”, explicó Jamar.
En diálogo con Mirá, la artista pehuajense señaló que “en los diseños son constantes los dibujos de gallinas, conejos, caballos o perros. En ellos se representan la siembra y la cosecha, sus ritos (como la petición de agua), sus plantas y animales, sus celebraciones, como las bodas, el carnaval y el Día de Muertos. Utilizan colores muy vivos: amarillos, rojos, verdes y azules”.
Cursos en Pehuajó
Jamar comenzó a presentar sus trabajos y dictar seminarios entre junio y julio. Lo hice gracias a la invitación de Adriana Arce, impulsora de la Feria El Salón. Al mismo tiempo, se lanzó al mundo de la capacitación en tenangos, y tras inscribir a alumnas, abrió los talleres.
“Tomé un par de seminarios y a fines de julio comenzaron los talleres hasta hoy, sin parar, en lo de Adri, en mi casa y a domicilio. Practico mucho para enseñar y me impulsa la pasión por lo que hago, me encanta bordar y me encanta enseñar”, sostuvo. Los grupos de los cursos “son informales, es decir incluye a personas de diferentes edades, profesiones, oficios que se unen porque tienen intereses comunes. No tenemos reglas ni normas, sólo disfrutar lo que hacemos”.
La capacitación tiene una duración de cuatro encuentros, de dos horas cada uno. Pueden realizarlo todas las personas que deseen, incluso los hombres, sin tener conocimientos previos. Los grupos numerosos reciben el taller en Feria El Salón. “He recibido grupos muy reducidos en mi casa, y también he sido convocada por mujeres que se juntan en sus domicilios y allí se forman grupos de amigas, o como en otros casos, el bordado es el medio para que se conozcan”.
“La experiencia es súper positiva para todos, se logran espacios de diálogo que son muy singulares; cada grupo tiene su “personalidad” y en el transcurso del encuentro se producen conversaciones y comentarios de todo tipo, te diría que el bordado te sintoniza en el aquí y ahora y por un rato descansás la mente de tus preocupaciones”, comentó Jamar.
Al momento de evaluar, la pehuajense se mostró feliz, no sólo por brindar nuevos conceptos sino por el propio proceso constante de aprendizaje: “Pasan cosas muy buenas, me capacito para capacitar, yo también aprendo mi tarea de tallerista con el contacto directo, de persona a persona, adapto cada taller a cada nuevo grupo y trato de que cada una se lleve lo que vino a buscar eligiéndome como facilitadora”.
Agradecimientos
“A las mujeres que han hecho, hacen y están en listas de espera para algún taller, les agradezco con todo mi corazón porque confían en mí y son ellas las que me tienen paciencia.
A las que quieran bordar y no tienen tiempo de hacer un taller, las animo a que lo intenten viendo algún tutorial en la web o “googleando”, sobre cualquier tela que tengan con lanitas o hilos que siempre se guardan por las dudas… Pero no dejen de hacerlo y de paso continuamos con algo que habían comenzado nuestras abuelas con tanta dedicación y amor… Hay un “hilo perfecto” que nos lleva a homenajearlas continuando con lo que ellas empezaron”. La práctica del tenango llegó a Pehuajó. Si tenés en interés en aprenderlo, podés comunicarte con Silvia Jamar, a través de su perfil personal de Facebook “Sil Viaja Mar” (sin comillas) o buscando a Feria El Salón.