Ricardo Daniel Bernal lleva más de 35 años como “representante comercial que hace viajes para negociar ventas o compras”, tal la definición correcta del “viajante”. Trabajó para distintas empresas, cultivó diversos rubros y de manera muy especial sumó amistades en todos lados, que enriquecen su patrimonio espiritual, el más importante a la hora de valorar actitudes y procederes. Sostiene que el oficio de viajante es una “hermosa actividad” y “sentís una sensación de libertad”, que estimula y enaltece. Compartimos sus impresiones en homenaje al día del viajante, celebrado el pasado 1º de octubre.
Después de recibirse de Perito Mercantil en 1975, Ricardo Bernal se instaló en Santa Rosa, La Pampa, donde estudió y trabajó. “Mis trabajos siempre fueron relacionados con la venta y atención del público. En la ciudad pampeana, era vendedor en una tienda, luego en fábrica de soda. Después tuve una muy linda experiencia en una casa ganadera. Remates-ferias. Era asistente del Martillero y eso me permitió conocer toda la pampa, los montes, otro tipo de personas y cultura, y otro rubro de venta muy distinto. Venta de animales”, narra Bernal.
En el año 1983, le sugió la posibilidad de representar a una Casa de perfumería para bebé. “Esta posibilidad, fue por gestión de mi amigo Daniel Rossi y debía radicarme nuevamente en Pehuajó. Acepté la propuesta y fue un nuevo desafío”. Saco, corbata, y otro tipo de venta. Debía recorrer Provincia de la Pampa y el Oeste de la Provincia de Buenos Aires: “Una zona muy grande. Una muy rica experiencia”.
Luego de citar que trabajó para una firma de perfumería y con una zona más chica que llegaba hasta Mercedes, Bernal añade: “los años de la inundación e inflación fueron bravos… teniendo la suerte de entrar en Febrero de 1987, en Harinas Concepción, molino harinero de nuestra ciudad. Era vendedor volante y alguna supervisión. Esto me permitió aprender el funcionamiento interno de un molino y capacitarme en harina. Dejé Molino Pehuajó en el año 2005”.
Tuvo muchos maestros, y amigos en lo que se apoyó. En su relato, Ricardo recueda con gran cariño a cada uno de ellos: “con Daniel Rossi, aprendí mucho de la calle y de tres maestros vendedores de harina: Juan Alberto Rossi (lamentablemente fallecido), José Luís Gago y Néstor Marrafino. Estos cuatros amigos, eran y son, una máquina de vender”. Desde el 2005 y hasta hoy, Ricardo Bernal representa a Molino Macachín, empresa pampeana. “Ah, También he vendido repuestos, y papelería”, rememora.
SENSACIÓN DE LIBERTAD
Bernal vive y siente su trabajo. Sin duda le apasiona: “El oficio de viajante -afirma- es una hermosa actividad. Cómo toda actividad, tiene cosas lindas y no tan lindas. Cómo a uno le gusta lo que hace… las cosas lindas son más. El viajante tiene amigos en todos lados, en todas las ciudades. Yo puedo estar de vacaciones en cualquier lado, y ponele la firma que con algún conocido me cruzo, o amigo de algún amigo de otra ciudad”.
Y agrega: “sentís una sensación de libertad, de viajar, de conocer otras ciudades. De conocer gente. De tener permanen temente situacio nes, que debemos improvisar y solucionar en el momen to. El cliente espera nuestra visita, donde generalmente le llevamos buenas noticias, anécdotas, un chiste, un cuento o una novedad. Si le llevamos una mala noticia (como un cheque rechazado o un problema de la mercadería), debemos hacer lo imposi ble para que esa mala noticia, no le parezca tan mala. Tenemos que improvisar y usar mucha psicología. Es muy lindo”.
EL CLIENTE, UN AMIGO
“A través de tantos años, uno se hace muy amigo del cliente, y en algún caso estamos invitados a cumpleaños de 15, comuniones, cumpleaños sorpresas etc. ¿Qué significa esto? Que, por ejemplo a sus hijos los hemos visto crecer. Nuestros clientes son parte importante en nuestras vidas y en cierta manera nosotros para ellos”.
Ricardo afirma pertenecer a la vieja guardia de viajantes, y ejemplifica: “hoy, las costumbres van cambiando. Va cambiando la esencia del vendedor. Hoy es todo más inmediato, más rápido. Los vendedores nuevos desgra ciadamente son más levantadores de pedidos, que vendedores. Internet y el celular, están haciendo lo imposible para terminar con nuestra profesión, pero afortunadamente no lo va a lograr. Siempre se necesitará el nexo entre una empresa y el comerciante.
Todo va cambiando, se va deshuma nizando. Antes representar a determi nada empresa, te daba una seguridad económica y prestigio. Hoy es más el día a día. No sabes que variable económica o cambio, te deja sin laburo o debes cambiar por otra cosa”.
Empero, hay actitudes que respetar, y en tal sentido sostiene: “el viajante debe mantener o aparentar siempre un buen humor. Una buena y alegre presencia. Siempre debes llevar buenas nuevas, aunque no las tengas. Cuando estás con el cliente debes estar con todas las energías positivas. Si tuvieses alguna energía negativa, el cliente lo va a percibir”.
AUSENCIAS, LEJANÍAS Y PELIGROS
“La parte no tan linda del viajante, es el tiempo que pasa lejos de su familia. Hay muchachos que no han visto crecer a sus hijos. La esposa del viajante debe ser una persona comprometida con el oficio del marido. Debe hacer muchas veces de padre y de madre. Nuestras familias, siempre están pendientes de nuestro regreso, si llueve, si hay niebla, etc.
Yo, afortunadamente he hecho lo imposible para estar y acompañar el crecimiento de mis hijos. Hay muchachos que no lo pueden hacer. Eso es jodido, triste.
Las rutas están muy peligrosas. Es impresionante la cantidad de tránsito, la velocidad y las rutas son igual que hacer 40 años. Muy pocas mejoras”, acota el entrevistado.
TODO CAMBIÓ
“Hoy por suerte estamos más comunicados. Internet, celulares. Todo es muy inmediato. Antes para llamar a un cliente o a la empresa, se iba hasta Entel, se esperaba una, dos horas y se llamaba a través de una operadora. Se mandaba los partes diarios, cobranzas y los pedidos por correo. Hoy, se envía desde tu teléfono y ya sale en tiempo real en todos los sectores de tu empresa, cuenta corriente, expedición y facturación y en el día se envía. Antes se tardaba como una semana.
Se añora de otras épocas, las mesas de muchos viajantes en los restaurant y las largas charlas, café de por medio en algún bar. Hoy eso se está perdiendo.
La parte económica pega fuerte, las comisiones son cada vez más chicas, no se respetan condiciones laborales y los costos fijos son muy representativos. Hoy el muchacho que sale cuatro días semanales fuera de su casa, debe contar con un dinero importante fijo para gastar y sin contar la inversión y gasto del automóvil”.
Un placer compartir recuerdos e impresiones que reflejan, seguramente, el sentir de todos los viajantes, si bien Bernal evidencia un afecto muy especial que a modo de corolario sintetiza con estas palabras: “adoro este trabajo, me gusta mucho y hoy lo disfruto más que antes. Quizás porque mis hijos ya son grandes”.
Tormentas, vuelco y algo más...
“Anécdotas a través de los años, son miles. Tormentas impresionantes en la ruta. Recuerdo dos: en mi viejo 128, en el 83, entre Winifreda y Victorica, una tormenta azul, impresionante, a muy baja altura, con los cardos rusos pegando en el auto. Solo y en el medio de la nada y en el tornado del 94, me agarro a la altura de Carlos Casares. No tuve la dimensión del fenómeno hasta que llegue a Pehuajó y vi el desastre.
Otra anécdota linda, fue en otro 128, se desoldó la barra estabilizadora, entre Girodías y 30 de Agosto. Hice 17 km marcha atrás, hasta que llegué a 30 de agosto y pude solucionar.
Accidentes por suerte tuve uno solo. Un vuelco, sin consecuencias físicas. Llovía y caminé en el barro como 6 km hasta Patricios. Al llegar para llamar al molino, la operadora de Entel, todavía tenía la consola a manija. Yo embarrado, todo mojado y con mi portafolio. Y la operadora meta manija”.
INUNDACIÓN, INFLACIÓN
“Los años de inundación son muy bravos. Recordando cuando pasábamos los puentes bayles y arriba de los traillers. Terrible. Muy triste.
Los momentos feos que se viven cuando hay inflación e hiperinflación. Hoy, este espiral inflacionario, nos lleva a todos los asalariados y de menos recursos a no poder adquirir productos de necesidad en la población y en los clientes. Esto trae pobreza y violencia. Para todos, una hiperinflación seria mortal. El país no lo resistiría”.
EL PADRINO
“Una enorme satisfacción, es recordar, que a partir de una pregunta y conversación, se instaló una familia en Trenque Lauquen alquilando una pequeña panadería y al poco tiempo pasó a ser la más importante de esa ciudad. Jaja.. me nombraron padrino.. Hoy están al frente, la hija y esposo y sus pequeños hijos. Vivir esos procesos es muy, pero muy lindo y ver los contrarios, cuando alguien se jubila o cierra, es muy feo”.
………….
PING PONG
¿Un deseo?:
“Que no se pierda el honor de la palabra dada. Todavía, cerramos negocios de palabra”.
¿Una frustración?:
“Cuando me doy cuenta que me mintieron o me están mintiendo”.
¿Una esperanza?:
“Que se le ponga un límite a la inseguridad. Que el país pueda encontrar un equilibrio, y que ese equilibrio dure por siempre”.
¿Un amor?:
“Mis hijos”.
¿Un recuerdo?:
“Miles. En todos están mis seres queridos y mis amigos”.
¿Un hobby?:
“La fotografía y toda participación social donde estén involucrados amigos”.
¿Una ingratitud?:
“El alejamiento de una empresa de mi ciudad, tras 18 años de servicio”.
¿Un reproche?:
”No haber sabido determinar a tiempo, que estudios seguir”.
¿Un rencor?:
“Sin rencores. Yo entro a cualquier lugar y me saluda todo el mundo. Muchas personas no lo pueden hacer”.
…
En la década del 50 del siglo anterior era frecuente la celebración del Día del Viajante. En la secuencia gráfica, se observa el momento en que Alejandro Moreno, recibía una plaqueta instituida por la entonces Asociación de Viajantes de Pehuajó, con motivo de haberse acogido a los beneficios jubilatorios. (Fuente: Anuario del Oeste, 1956)
Buen humor, buena presencia y energías positivas
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domingo, octubre 21, 2012
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