Entre las terapias complementarias que se practican en la actualidad, el reiki evidencia un constante crecimiento. En nuestra ciudad, la convecina María del Carmen Bevilaqcua ha incursionado activamente en su práctica y difusión.
Hace 7 años llegó al reiki por una necesidad personal de armonización siendo su maestra Lorena Clavero. Desde entonces prosiguió en forma ininterrumpida y ahora aporta sus servicios a la comunidad interesada.
María del Carmen señala que “los pacientes que llegan vienen derivados por profesionales de la salud, por buenas recomendaciones” y remarca que “todos tienen en común que han sufrido un desequilibro energético, algunos por problemas, otros por stress o angustias".
Aclara que “no curamos” sino que “armonizamos sus chacras (lugares de entrada y salida de la energía) que por el problema que padecen se encuentran bloqueados”. Acota además que permanentemente estudia las distintas clases “para aplicar a cada persona el Reiki que necesita” e indica que ha estudiado Budho, Jin Kei Do, Usui, Karuna, Kahuna, y Religars”.
Ampliando detalles, Bevilacqua manifiesta: “uso en las sesiones gemas y cristales, aconsejo sobre Feng Shui, realizo limpiezas áuricas, soy canalizadora de ángeles y arcángeles y lectora avanzada de registros akashicos. Permanentemente los planos físicos, mentales y espirituales se amalgaman dándole forma al Ser que somos”.
Al consultarle sobre las edades de quienes acuden, indica que “no hay edad para el Reiki, pueden hacerse desde niños a todas las edades, también a distancia ya que el tiempo y el espacio es subjetivo”.
Considera que estamos “en un momento de muchísimos cambios y es una buena oportunidad para aprovechar esta herramienta en una sesión o iniciándose para armonizarse uno mismo .No se necesita nada más que interés, cualquier persona lo puede realizar y los beneficios son muchísimos”.
A modo de experiencia, finalmente María del Carmen, sostiene: “Yo siempre digo que tengo en mi vida personal un antes y un después al haber comenzado por este camino. Cosa que recomiendo”, para concluir afirmando “Amo lo que hago y por ello lo ofrezco como un servicio”.